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AGO 2022
Tanto las insolaciones como los golpes de calor comparten muchos síntomas. Aun así, las primeras suelen ser leves, mientras que las segundas siempre son graves. Ambas afectan en especial a niños y personas mayores.
Los dos trastornos muestran una incapacidad del organismo para termoregular y hacer que el cuerpo regrese a su temperatura normal.
Por un lado el golpe de calor se debe a una alta temperatura corporal, que se mantiene con el tiempo en la persona, mientras que en una insolación la alta temperatura se debe la exposición directa al sol.
Según el Ministerio de Sanidad, estos son los síntomas que avisan de un golpe de calor:
- Pérdida del conocimiento.
- Temperatura corporal superior a los 40 grados centígrados.
- Piel enrojecida, de tacto caliente y seca
- Dolor de cabeza.
- Fatiga e hiperventilación
- Nauseas, vómitos o diarrea
- Estado mental alterado.
- Convulsiones, delirio o incluso caer en coma
Según la Clínica Universidad de Navarra, estos son los síntomas que avisan de una insolación:
- Cara congestionada
- Dolor de cabeza
- Respiración acelerada y ruidosa
- Agotamiento y sed
- Calambres en extremidades y abdomen
- Pulso fuerte e irregular
- Sudoración abundante
¿Cómo se pueden prevenir?
- Evitar la exposición directa al sol.
- Uso de cremas de protección solar.
- Vestir ropa transpirable y ligera.
- No mantenerse en sitios cerrados con poca ventilación.
- Beber abundantes líquidos.
- Evitar consumir alcohol y cafeína.
- Utilizar ventiladores.
- Ventilar la casa durante la noche.
- Mojarse o bañarse.
- Reducir la actividad física durante las horas más críticas